
• No es ético hacer negocios personales desde la función pública.
• No es ético aceptar cargos para los cuales uno no se encuentra capacitado.
• No es ético nombrar a parientes en cargos públicos o institucionales.
• No es ético ser simultáneamente funcionario público y proveedor.
• No es ético limitar la libertad de expresión y de elección de las personas, especialmente si están en relación de dependencia.
• No es ético descalificar a los autores de las críticas libremente realizadas, en lugar de responder a ellas.
• No es ético disculparse en privado y ofenderse en público.
• No es ético ser obsecuentes con el poder político, en lugar de vigilarlo.
• No es ético ser pluralista sólo cuando le conviene.
Felipe Glasman.-
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