Mas allá de la siguiente descripción de la obra, que con mucha sapiencia la desmenuza, puedo agregar que el sentido mas íntimo de ella, en el pensamiento del autor, estaba direccionado hacia la conservación en su poder de una pintura que sirviese de vidriera de sus trabajos y de la alta calidad de la que era capáz de concretar, posibilitándole ocasionalmente poder reflejarlo en los pudientes adquirentes, concretando su subsistencia diaria. Esto a raíz de una anécdota que da nota de la aparición de un comprador que antes de encargarle un trabajo solicitó conocer otros anteriores para verificar con qué tipo de artista iba a negociar, y no encontrándose con ningún cuadro de su autoría en su poder, Vermeer habría esbozado una especie de visita guiada hacia la casa de un panadero cercano quien le habría comprado una de sus últimas creaciones. El tono improvisado y poco elegante de este movimiento habría terminado conspirando con el ánimo del acaudalado miembro de las altas clases de holand...